jueves, 28 de abril de 2011

"Solar". McEwan. El ladrón sin querer.

En la última excelente novela de Ian McEwan, Solar, el protagonista, el prof. Beard, tiene una extraña experiencia en un tren: antes de subir se compra un paquete de su snack favorito; ocupa su asiento y frente a él se acomoda un hombre más joven con un aspecto que le intimida un poco; Beard empieza a comer sus snacks, el otro lo mira fijamente y de pronto mete la mano en la bolsa y se come uno sin dejar de mirar al profesor. Este, asustado pero sin querer ceder terreno ni atreviéndose tampoco a retirar la bolsa, sigue comiendo sin decir nada, igual que el otro, hasta que acaban. Cuando el prof. Beard está ya en el andén, confundido y rabioso por el atrevimiento del otro, mete la mano en el bolsillo de su gabardina y encuentra su bolsa de snacks sin abrir. ¡Era él quien se estaba comiendo la comida del otro, y era el otro quien lo toleró y no dijo nada! Lo interesante es que cuando él lo cuenta en una reunión de científicos, estos no lo creen porque uno de ellos, especialista en leyendas urbanas, conocía ya la historia, que mucha gente ha contado de mil maneras y que incluso tiene nombre: "the unwitting thief", "el ladrón inconsciente" o "el ladrón sin querer".
Es decir, McEwan narra un historia inventada pero que hemos de leer como real pues le "ocurre" a uno de sus personajes, que resulta ser una historia extraída del archivo de leyendas virales que se propagan sin cesar porque se ajusta a las oscuras leyes de la credulidad humana y él mismo introduce en la historia la advertencia del experto  que ya conocía la historia como leyenda.

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