jueves, 28 de abril de 2011

"Solar". McEwan. El ladrón sin querer.

En la última excelente novela de Ian McEwan, Solar, el protagonista, el prof. Beard, tiene una extraña experiencia en un tren: antes de subir se compra un paquete de su snack favorito; ocupa su asiento y frente a él se acomoda un hombre más joven con un aspecto que le intimida un poco; Beard empieza a comer sus snacks, el otro lo mira fijamente y de pronto mete la mano en la bolsa y se come uno sin dejar de mirar al profesor. Este, asustado pero sin querer ceder terreno ni atreviéndose tampoco a retirar la bolsa, sigue comiendo sin decir nada, igual que el otro, hasta que acaban. Cuando el prof. Beard está ya en el andén, confundido y rabioso por el atrevimiento del otro, mete la mano en el bolsillo de su gabardina y encuentra su bolsa de snacks sin abrir. ¡Era él quien se estaba comiendo la comida del otro, y era el otro quien lo toleró y no dijo nada! Lo interesante es que cuando él lo cuenta en una reunión de científicos, estos no lo creen porque uno de ellos, especialista en leyendas urbanas, conocía ya la historia, que mucha gente ha contado de mil maneras y que incluso tiene nombre: "the unwitting thief", "el ladrón inconsciente" o "el ladrón sin querer".
Es decir, McEwan narra un historia inventada pero que hemos de leer como real pues le "ocurre" a uno de sus personajes, que resulta ser una historia extraída del archivo de leyendas virales que se propagan sin cesar porque se ajusta a las oscuras leyes de la credulidad humana y él mismo introduce en la historia la advertencia del experto  que ya conocía la historia como leyenda.

martes, 26 de abril de 2011

Hitchcock

Hitchcock: “Rodar películas, para mí, quiere decir en primer lugar y ante todo contar una historia. Esta historia puede ser inverosímil, pero no debe ser jamás banal. Es preferible que sea dramática y humana. El drama es una vida normal de la que se han eliminado los momentos aburridos"

viernes, 22 de abril de 2011

Inside Job

Este documental premiado con un Oscar no decepciona en ningún aspecto: de factura impecable, magistralmente narrado por Matt Damon y por Charles Ferguson -que no llegan a aparecer en ningún momento- es claro sin pasarse de didáctico y despliega en solo 105 minutos todos los elementos que conducen a una espeluznante pregunta: "¿cómo tan pocos pudieron engañar tanto a tanta gente durante tanto tiempo?" y ante esta otra: "¿por qué sabemos que van a seguir haciéndolo?". Pero si pienso la peli desde un punto de vista narrativo me crea la inquietante sensación de que su verdadero protagonista no son las víctimas, ni siquiera la avaricia de sus verdugos financieros, sino la infinita astucia que demuestran para utilizar en su provecho nuestras instituciones y nuestras leyes, para irse de rositas cuando las transgreden sin asomo de culpa y para cambiarlas cuando lo necesitan. Y me temo que esa exaltación encubierta de su astucia se transforme en la admiración encubierta del espectador, me temo -aunque no fuese esa la intención de sus autores- que la trama secreta de la película sea la epopeya triunfal de unos bandidos que no irán a verla .

miércoles, 20 de abril de 2011

"On the Origin of Stories" de Brian Boyd, Belknap Press 2009

El subtítulo resume muy bien el contenido: evolución, cognición y ficción. Dedica muchas páginas a una explicación pormenorizada de la teoría de la evolución seguramente porque, siendo su destino natural un público más o menos experto en análisis literario o sociológico, quiere dejar claro por qué el evolucionismo ya es una herramienta indispensable en cualquiera de las llamadas ciencias humanas y, anticipándose a las críticas, hace una brillante exposición de cómo relacionar los mecanismos de la evolución -que no tiene propósito ni sigue ningún diseño inteligente o no- con los productos más queridos del espíritu humano no les quita a éstos ningún misterio. Se ocupa -a mi juicio con innecesario detalle- del análisis de dos obras maestras. La primera, La Odisea, una elección nada sorprendente como narración seminal que es de todos los relatos centrados en un héroe, un viaje y un regreso, es decir, casi todos. La segunda me era totalmente desconocida: Horton Hears a Who!, un cuento infantil del Dr. Seuss. Se trata de un librito ilustrado de unas veinte páginas con una preciosa historia sobre un elefante que descubre que en una mota de polvo existe una ciudad poblada de seres diminutos a los que sólo él puede oir y a los que tiene que convencer de que griten todos a un tiempo para hacerse oir y que los otros animales también los respeten. Es una brillante idea el utilizar el contraste entre esas dos obras para mostrar los mecanismos de la creación artística y en especial de la narración literaria como resultado de una serie de adaptaciones evolutivas que nos hacen consumidores compulsivos no sólo de glucosa, sino también de historias que sabemos que son falsas pero de las que -ya sea en forma de canciones, películas o culebrones- necesitamos nuestra dosis diaria. La bibliografía es muy completa y presentada de una forma muy útil. Hay muchas referencias a la narración cinematográfica y suele citar a Bordwell y Carroll, los dos grandes gurús de la Psicología del Cine.