miércoles, 18 de mayo de 2011

Midnight (Cinderella) in Paris

El mito de Cenicienta es muy antiguo; la versión a la que estamos acostumbrados es la de Disney, que tenía un instinto infalible para los relatos fundamentales y que siguió bastante fielmente la versión de Perrault, más antigua que la de los hermanos Grimm. Pero hay muchas otras variantes, la historia china de Yeh Shen "pies de loto" o la que se contaba entre las tribus indias de Canadá. Los elementos clave de este relato parecen ser: un conflicto familiar en el que el/la protagonista sufre alguna forma de rechazo por ser de diferente sangre: hijastra, adoptado, etc.; una transformación mágica que ocurre al atardecer o a la medianoche que sirve para que el protagonista descubra la parte de sí mismo que su familia no valora; y el descubrimiento del amor con alguien que sí "ve" las cualidades del/la protagonista. Woody Allen ha hecho una reescritura muy interesante de este antiguo mito. El protagonista, Gil, es ninguneado por la familia de su futura esposa y por ella misma, no por ser pobre o huérfano sino por ser un romántico y un idealista, lo que lo convierte en el blanco de las bromas de todos, alguien que, definitivamente, no es "uno de los nuestros". Una carruaje mágico en forma de Rolls Royce (color calabaza, precisamente) lo lleva cada noche, al sonar las campanadas de las doce, al mundo de sus sueños donde se encuentra de tú a tú con las personas a quienes respeta: Buñuel, Dalí, Hemingway... y donde es aceptado como uno más.
La conexión con el mito de Cenicienta nos revela en la película mucho más que su aparente reflexión sobre "cualquier tiempo pasado fue mejor". Como en todas las variantes de este relato -y las hay en casi todas las culturas- es una reflexión sobre cómo nos buscamos en la mirada de los otros, cómo al hacerlo nos perdemos y cómo nos encontramos en la mirada de quienes nos aman. Gil se encuentra en la mirada de la vendedora de la "nostalgia shop", alguien que desde el primer momento lo miró con simpatía. Pero solo le ocurre después de haber entendido que mitificamos una época porque creemos que en ella podríamos haber sido como realmente somos y que el problema no está en nuestra época sino en las personas o en las familias que nos ven cubiertos de ceniza porque no quieren vernos de otra forma.

lunes, 9 de mayo de 2011

jugar

"Solo aquellos seres vivos que no necesitan aprender nada nuevo pueden ahorrarse el gasto de energía que supone jugar" Brian Boyd

miércoles, 4 de mayo de 2011

La muerte de Bin Laden y el mito de San Jorge

La muerte de Bin Laden es una oportunidad para observar en vivo cómo la historia -la Historia- se transforma en relato en cuestión de horas o días. El relato básico con el que se ha descrito el episodio  es el de la caza del monstruo en su guarida. Hay muchas versiones de este mito: Beowulf mata al monstruo Grendel, Teseo al Minotauro y la más cercana a nosotros quizá sea la de San Jorge matando al dragón (Pedro IV usaba el drac alat, más tarde confundido con un murciélago, en su yelmo). Los elementos básicos del relato son:
-un monstruo con propiedades destructivas, frecuentemente asociadas al fuego
-una guarida laberíntica y de difícil acceso en la que es fácil perderse (el Minotauro no puede salir del laberinto porque se ha extraviado en él, el monstruo preso de su propia maldad, Bin Laden escapándose por los pelos de las cuevas laberínticas de Tora Bora, pero no de su último escondite) y en la que el monstruo retiene a víctimas o seres inocentes: doncellas, niños...no resulta extraño que desde esta narrativa se insista en que Bin Laden en sus últimos momentos utilizó a su esposa como escudo
-un método para llegar hasta él (el hilo de Ariadna, el mensajero, el delator)
-un caballero o grupo de caballeros revestidos de armadura y concienzudamente entrenados para la misión. Siempre se trata de una misión, en este caso nada menos que "operación Gerónimo", otro nombre de resonancias míticas y que ejemplifica la fuerza reveladora de la narrativa: el ejército americano ha encontrado un nombre especialmente incorrecto -Gerónimo fue un lider que defendió su tierra y su cultura y no un terrorista destructivo- que demuestra que no se ha librado de la visión sesgada de su propia historia.