miércoles, 4 de mayo de 2011

La muerte de Bin Laden y el mito de San Jorge

La muerte de Bin Laden es una oportunidad para observar en vivo cómo la historia -la Historia- se transforma en relato en cuestión de horas o días. El relato básico con el que se ha descrito el episodio  es el de la caza del monstruo en su guarida. Hay muchas versiones de este mito: Beowulf mata al monstruo Grendel, Teseo al Minotauro y la más cercana a nosotros quizá sea la de San Jorge matando al dragón (Pedro IV usaba el drac alat, más tarde confundido con un murciélago, en su yelmo). Los elementos básicos del relato son:
-un monstruo con propiedades destructivas, frecuentemente asociadas al fuego
-una guarida laberíntica y de difícil acceso en la que es fácil perderse (el Minotauro no puede salir del laberinto porque se ha extraviado en él, el monstruo preso de su propia maldad, Bin Laden escapándose por los pelos de las cuevas laberínticas de Tora Bora, pero no de su último escondite) y en la que el monstruo retiene a víctimas o seres inocentes: doncellas, niños...no resulta extraño que desde esta narrativa se insista en que Bin Laden en sus últimos momentos utilizó a su esposa como escudo
-un método para llegar hasta él (el hilo de Ariadna, el mensajero, el delator)
-un caballero o grupo de caballeros revestidos de armadura y concienzudamente entrenados para la misión. Siempre se trata de una misión, en este caso nada menos que "operación Gerónimo", otro nombre de resonancias míticas y que ejemplifica la fuerza reveladora de la narrativa: el ejército americano ha encontrado un nombre especialmente incorrecto -Gerónimo fue un lider que defendió su tierra y su cultura y no un terrorista destructivo- que demuestra que no se ha librado de la visión sesgada de su propia historia.

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