domingo, 10 de noviembre de 2013

La educación (sentimental) de Adèle.



Llevado por mis propios prejuicios creía que La vida de Adèle sería una historia sobre las dificultades del amor homosexual: nosotras dos contra el mundo, que en el fondo es la estructura de Romeo y Julieta: la fuerza -o la debilidad- del amor contra las barreras sociales. Pero esta inteligente película tiene el acierto de ir por otros derroteros; porque Adèle tiene la inmensa suerte de vivir en un mundo -o en un nicho social- en el que el amor homosexual es sólo tan bello y difícil como el hetero. Y porque ni siquiera el amor es el protagonista de la historia. No, el amor es el paisaje -sobrecogedor- por el que discurre el viaje de Adèle para convertirse en persona. No es casualidad que la película tenga dos partes perfectamente diferenciadas. En la primera la vemos en el instituto: aprendiendo literatura, bailando en manifestaciones, tonteando con chicos y después con chicas, en su habitación en casa de sus padres, rompiendo un corazón y finalmente arriesgando el suyo al enamorarse de una chica con el pelo azul. En la segunda parte la encontramos viviendo con Emma, enseñando a niños en un colegio, organizando comidas, visitando a sus padres, intentando o ensayando su vida adulta. Si la primera era una historia de descubrimientos: la literatura, la enseñanza, el sexo, la política...la segunda es de una autoafirmación a veces dolorosa. También es una opción muy inteligente presentar la vida de Emma -totalmente volcada en su carrera de joven promesa de la pintura- como más glamurosa que la de Adèle; todo en Emma -sus amigos, sus intereses, su trabajo, la pasión con que hace las cosas- parece terriblemente interesante pero Adèle sabe -y es el primer gesto realmente adulto que vemos en ella- que su vida tiene que seguir un camino diferente; en el deseo de Emma de hacerla cambiar se descubre a sí misma como en un negativo. Por todo eso la escena final en que se aleja sola por la calle dejando atrás un mundo que no es el suyo, un amor ya imposible y un romance posible pero insípido, no es una imagen triste sino liberadora; ha tenido que perder mucho y sufrir mucho para encontrarse así: sola pero libre, dispuesta por fin a empezar su propia aventura. 
Historia de crecimiento e iniciación a la manera de La educación sentimental de Flaubert o Las desventuras del joven Werther de Goethe y de toda la tradición del roman d'apprentissage, de los cuales es una puesta al día excepcional, La vida de Adèle nos recuerda, sin en ningún momento hacerlo explícito, sin palabras con mayúsculas o pedantes diálogos, sólo a base de imágenes de una intimidad turbadora, que el crecimiento personal no es algo que se pueda aprender en un cursillo a medida; es algo que nos ocurre a pesar nuestro, es la única forma de seguir a flote.


3 comentarios:

  1. Coincido en que La Vida de Adele solo refleja superficialmente la dificultad del amor homosexual, (en una escena, al inicio, en el instituto, y fin). Eso la convierte en una película original que retrata algo tan sencillo, complicado y maravilloso como es el proceso de vida. Un aprendizaje, un crecimiento que se inicia con la temprana y consecuente primera elección: te rompo el corazón porque elijo experimentar, saber, ser.
    Es realmente interesante que se muestre la vida de Emna tan ..seductora.., y a la vez, la renuncia de Adele a ella como estipulación. Y sí, es un gesto de madurez del que muchos adultos no son, o no han sido capaces. (Aunque con ello, el director quisiera transmitir algo muy distinto a lo que nosotros vemos). Además, es magnífico como se retrata el dolor, sin estridencias; un dolor real, intenso y necesario.
    Jaime, me ha gustado mucho la parte final del comentario en la cual dices que el crecimiento personal no puede aprenderse en un curso a medida, y que a veces, ni siquiera es una decisión...

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  2. qué bien que coincidamos porque bastantes personas con las que he comentado la peli la han visto más en clave reivindicativa del amor gay y creo que con esa lectura se pierde parte de la riqueza del texto, eso que tan bien expresas así: " algo tan sencillo, complicado y maravilloso como es el proceso de vida"

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  3. Sí, parece que bastante gente espera y busca al verla esa reivindicación del amor homosexual, de su dificultad (pero, tal y como se retrata, bien podría ser una narración de amor heterosexual). Se habla mucho de ello y también de las escenas de sexo. Ambas cosas, limitan la historia que se cuenta y que llega muchísimo más alla ; y verla sólo desde ese punto de vista hace que uno no la pueda captar en su totalidad.

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