Vuelvo a escuchar Once,
el disco de Markéta Irglová y Glen Hansard que me ha acompañado
durante mucho tiempo y vuelvo a preguntarme como otras veces si me
gustaría tanto si no lo hubiese escuchado por primera vez viendo la
película, en la que ves nacer esas canciones y asistes a las dudas,
la mezcla de intuición y toma de decisiones que implica crear algo.
Y creo que me gustaría si lo hubiese escuchado sólo como un audio,
pero que no me diría tantas cosas. Cuando ví la película, hace
unos seis años, leí algo sobre ellos que me hizo pensar que era
casi autobiográfica: la historia de un músico callejero que conoce
a una chica también música, cómo se hacen amigos y colaboran para
sacar un disco con muy pocos medios. Aunque se presentaba como obra
de ficción, irradiaba una sensación de realidad, de autenticidad.
La película, a pesar de sus aparentes modestas pretensiones, tuvo un
éxito rotundo y ganó, entre otros, dos importantes premios:
Sundance 2007 y Oscar mejor canción 2007. Por lo visto fue durante
la gira de promoción de la película que empezó una historia de
amor entre Markéta y Glen, una historia que en la película sólo
quedaba insinuada pero se intuía inevitable. La fama que les dieron
esos premios tuvo como consecuencia que empezasen a salir de gira
casi continuamente. En realidad ya funcionaban antes como grupo, “The
swell season”. Y éste es el título del documental que se estrena
ahora sobre sus giras, sobre la relación entre ellos, cómo les
afecta la fama y cómo termina la relación amorosa para volver a ser
de amistad y compromiso musical. En el documental desvelan algunas
cosas sobre su vida “auténtica” aunque, desgraciadamente,
parecen más interesados en hablar del Oscar y de lo pesado que es
ser famoso que de su proceso creativo y esa pretensión de
autenticidad plantea algunas preguntas. Cuando ellos “discuten”,
normalmente porque Markéta no soporta a los fans o porque no acepta
la pérdida de autenticidad que implica la fama (aunque en el momento
de decirlo está haciendo una película que la hará aún más
famosa) lo hacen delante de la cámara (es decir, delante de un
equipo completo de técnicos) por lo que es imposible que sea una
“auténtica” discusión aunque es posible que sea la recreación
de alguna de las discusiones que han tenido, es decir, es una ficción
construida sobre una realidad íntima que no conoceremos pero de la
que se nos intenta dar la impresión que la estamos conociendo. Como
ocurre en cualquier narración, todo depende de los momentos o de las
acciones que se eligen contar y el orden y la forma en que se
cuentan, lo que hace que el documental, aunque no sea ficción, tenga
poco de real. La extraña impresión que me deja The Swell
Season es que el documental que
se suponía revelador “vela” más que la historia ficticia, que
quizá no lo era tanto. Esto no es una crítica aunque lo parezca, es
sólo una reflexión acerca de la imposibilidad del relato auténtico
o, mejor dicho, acerca de lo problemático de las nociones de
autenticidad o realidad aplicadas a la vida humana.
Vi "Once" hace poco, y tanto historia como banda sonora (sobretodo esta), me cautivaron. Es difícil disociar una de otra, y la sencillez del conjunto es encantadora. Me parece que no, que no podría gustarte tanto si no hubieses conocido la música viendo la película. Porque al hacerlo así, sientes que, de algún modo formas parte de ella, que estas incluido en la historia, aunque eso, en realidad, sea una ilusión. Entiendo lo que dices de que transmite la impresión de ser autobiográfica. Sabía bien que no lo era..., y aun así, sentía que sí.
ResponderEliminar"The Swell Seasons" es distinta (auténtica, hasta donde lo contado puede serlo), no me capturó con la misma intensidad. Quizás porque casi desaparece la creación de algo nuevo; o quizás porque el cuento de hadas se plaga de realidad, y el sueño se convierte en vida.
Felicidad y alegría en estas fechas para ti, y para quién lea.
ResponderEliminarMe alegra que disfrutases de "Once", es una de las películas más redondas que he visto en las que se intenta transmitir la magia de la creación. Felicidades a ti también, seguiremos hilvanando historias y realidad...
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