miércoles, 4 de abril de 2012

Lo extraño de estar vivo

Los agradecimientos que los autores escriben en sus obras -Borges, que daba las gracias a Homero o a Melville es un caso aparte- interesan bien poco porque los lectores no podemos saber en qué medida esas personas han contribuido realmente a la obra final. Por eso me llamó la atención el agradecimiento de Paul Auster al final de “Sunset Park”: “Siri Hustvedt, for the strangeness of being alive”. Siri es su esposa, una estupenda novelista de quien sólo he leído What I Loved (Todo cuanto amé) y de quien se publica ahora en español El verano sin hombres. Parece ser que fue ella quien dijo o sugirió la frase “la extrañeza de estar vivo” que Auster utiliza en un hermoso párrafo hablando de Ellen, una joven dibujante que ha okupado junto con unos amigos una casa abandonada: los bocetos son bastos y frecuentemente inacabados. Quiere que sus cuerpos humanos transmitan la milagrosa extrañeza de estar vivo. Nada más y nada menos que eso. No le preocupa la idea de la belleza. La belleza puede cuidarse sola. Todo en la escena, la descripción de los bocetos y lo que piensa Ellen del cuerpo, es muy intenso pero llega al clímax en ese párrafo del que me encanta la frase final: beauty can take care of itself, la belleza puede cuidarse sola, desgraciadamente estropeada en la traducción al castellano. Es decir, basta de tanta atención a la belleza, que no la necesita pues puede cuidarse sola, fijémonos en los cuerpos simplemente vivos porque lo milagrosamente extraño es estar vivo. Lo que no sabemos es si Auster y Siri Hustvedt sabían que Carmen Martín Gaite publicó creo que en el 96 una estupenda novela que lleva por título “Lo raro es vivir” en la que la protagonista dice: Desde que el mundo es mundo, vivir y morir vienen siendo la cara y la cruz de la misma moneda echada al aire, pero si sale cara es todavía más absurdo. Para mí, si quieren que les diga la verdad, lo raro es vivir." que en su traducción al inglés se dice exactamente igual: the strangeness of being alive, casi la misma idea expresada, eso sí, por la española con un punto creo que más fatalista. Ahora pienso que en ambas novelas la extrañeza de estar vivo es el tema de fondo pero hasta que no llegué al agradecimiento de Auster a Siri no me di cuenta. El protagonista, Miles, vive marcado por una tragedia: paseando con su hermano tuvieron una pelea y Miles empujó al otro, quien cayó a la carretera y fue arrollado por un coche. La culpa de esa muerte absurda y de haber sobrevivido marca todas las decisiones posteriores de Miles y la fatalidad de su destino parece responder a lo que expresaba C. Martín Gaite: “la cara y la cruz de la misma moneda echada al aire”; “¿por qué murió él y no yo?” se pregunta Miles y, quizá, aunque esto no lo escribe Auster, podemos suponer que también Bobby -cualquier Bobby a quien le llega la hora- en el momento de morir pudo pensar “¿por qué yo y no él?”. Estos pensamientos tan trágicos quedan rescatados por los inocentes bocetos de Ellen quien por su lado quiere nada más celebrar la milagrosa extrañeza de estar vivo -nada menos-. Novelas como esta muestran por qué necesitamos la literatura -cualquier forma de literatura-: porque sólo en ella vemos reflejadas las cosas irreconciliables que estar vivos nos sugiere: que todos los vivos somos supervivientes de los muertos y que eso tan trágico y tan milagrosamente extraño es también lo más digno de celebrarse.


2 comentarios:

  1. Cuando vi tu referencia al pasaje de la magnífica Sunset Park y al agradecimiento de Auster a su esposa (de la que leí hace unos meses "El verano sin hombres" y tiempo atrás la entretenida "Los ojos vendados" pero, no "What I Loved") lo relacioné con un trozo de su última obra "Diario de Invierno" (autobiografía). En esta, en un fragmento en el cual habla de su madre y de algunos acontecimientos, a consecuencia de los cuales, ella sufre una exagerada hipocondría, escribe "... miedo a la muerte, que en el fondo no es probablemente distinto a decir: miedo a la vida"; y que, precisamente, expresa esa dualidad a la que (creo) te refieres. No conozco "Lo raro es vivir" de C. Martín Gaite. Pero, ciertamente, el hilo conductor de Sunset Park es un hecho condicionante, transformador y sin vuelta atrás. Muy interesante el plantear la posible perspectiva de Bobby o de cualquier persona que encuentre una muerte inesperada. Seguramente, sea mejor la narración en inglés de Hellen y sus bocetos ("los dibujos son desiguales y sin terminar" y "la belleza no necesita mucha dedicación", son menos sugestivas, mas frías). Por desgracia, mi capacidad de lectura en dicha lengua es limitada. En el pensamiento de Hellen en relación con el cuerpo captó fuertemente mi atención, por lo irreverentemente real, la gran frase con la que termina la descripción de sus dibujos, "las figuras hacen lo que los cuerpos humanos suelen hacer cuando nadie les mira".
    Sobre lo que dices, de la necesidad de la literatura, me parece que aciertas del todo y además, que permitimos a una historia sugerirnos hechos o realidades que no aceptaríamos de otra forma.

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  2. Sí, es curioso que en "Diario de Invierno" vuelva sobre el tema. No me extraña que te llamase la atención el párrafo de los pensamientos de Ellen, es una reflexión preciosa sobre el cuerpo.

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