viernes, 23 de diciembre de 2011

Un método peligroso

Con Cronenberg nunca se sabe, así que aunque en principio uno diría que el “dangerous” del título se refiere al método psicoanalítico, no descartaría que pueda referirse a algo más profundo y general de las relaciones humanas. El problema de esta película para mi gusto es que no se decide entre ser una crónica de los inicios del psicoanálisis -un tema fascinante y tan literario como cinematográfico- o la historia de un triángulo amoroso entre tres seres no menos fascinantes. Diría que Cronenberg, encontrándose con un material tan potente entre las manos, no ha querido renunciar a ninguna de las dos posibilidades y con eso ha debilitado ambas. Dicho esto, yo me quedo con el triángulo, que me parece mucho mejor tratado que lo otro. Por cierto, es curioso que la historia de Jung y Sabina Spielrein ya se llevó al cine en una película de Roberto Faenza llamada Prendimi l'anima; y aún más curioso que Sabina, con una vida mucho más interesante que la del aburrido Jung, no haya merecido una película para ella sola y las dos veces que ha aparecido en el cine haya sido como amante del pulcro psicoanalista suizo. Y me interesa más la narrativa del triángulo que la del origen del psicoanálisis porque esta última solo puede ser épica: Freud y Jung, intrépidos exploradores que se aventuran en el territorio no cartografiado del inconsciente. Algún apunte de esa épica hay: en las escenas del viaje a USA en el que Freud, al llegar a puerto, dice su famosa frase: “no saben que les traemos la peste”. Sin embargo, los triángulos no son épicos porque, como siempre termina sobrando alguien, difícilmente pueden eludir la traición o la mezquindad. En realidad hay dos triángulos: el que forman Jung, su mujer Emma y Sabina y el formado por Sabina, Freud y Jung. En el primero sobra Sabina porque la vida que han construido Jung y Emma es demasiado perfecta, demasiado suiza...y Emma demasiado rica. Seguramente Jung tenía cierta vocación por los amores triangulares ya que después de Sabina su gran amor fue Toni Wolff, perfecto reemplazo, otra joven psicoanalista que terminó por ser aceptada por Emma como segunda mujer oficiosa de Jung. Sabina sale de ese triángulo porque es demasiado inteligente para quedarse en él, pero entonces se constituye otro entre ella, Freud y Jung, de carácter intelectual pero no menos pasional. Es conocido que, mucho antes de la ruptura entre los dos hombres, respondiendo a la confesión de Jung de la devoción que le inspiraba Freud, este le dijo “soy inadecuado como objeto de culto”, lo que es una forma curiosa de ser modesto. La actitud de Jung me recuerda a la de Yuri Zhivago abandonando a Lara por su mujer legítima, otra estupenda historia triangular. Y a tantas otras. La historia del amor triangular enlaza narrativamente con la del intruso porque suele basarse en una pareja establecida que afronta la aparición de alguien que pone en peligro la paz del hogar. Cuando la narración toma la perspectiva de la parte de la pareja que quiere permanecer -Emma Jung- entonces la historia toma la forma del intruso destructor. Cuando la perspectiva es la de la parte de la pareja que se enamora, la narración adopta una perspectiva aventurera: elegir entre lo conocido o el riesgo de lo desconocido, la transgresión; sería la perspectiva de Jung que aquí cuenta con muchos puntos de morbo añadido: que Sabina fuese su paciente y que le llevase al territorio del sadomasoquismo, algo que está documentado por la correspondencia entre ellos. Sin embargo es cuando la narrativa adopta la perspectiva del intruso que se vuelve más interesante: Sabina sabe qué le falta a Jung en su matrimonio (por intuición, pero también porque ¡le ha hecho un test de asociación de palabras!) y sabe que puede dárselo y que él irá a buscarlo en ella pero eso implica también ser consciente de todo lo que no puede darle. Por un lado me inclino a creer que las historias triangulares son universales porque triangular es una de nuestras formas primarias de relacionarnos (y de manipular); por otro me inclino a pensar que no es hasta la aparición de las culturas monógamas, relativamente recientes, que la historia del amor triangular se convierte en un arquetipo (aunque el triángulo se diría que es la negación de la monogamia, la mayoría de las historias triangulares parecen pensadas para confirmarla).

10 comentarios:

  1. Hace unas semanas vi "Un Método Peligroso" y he de reconocer que al salir pensé que era extraño que no hubieses escrito sobre ella. Me alegra que lo hayas hecho.
    La peli me decepciono vagamente. No es que no me gustara, más bien es la impresión de que quiere llegar a algo a lo que no consigue llegar. Trata el inicio del psicoanálisis presentando un Freud descafeinado y restando importancia a Sabina Spielrein (solo en los créditos finales nombra su contribución). Eso sí, las relaciones entre los personajes estan mucho más logradas. Muy bien narrado el escollo que representa Sabina en la aparente felicidad de Emma y Jung, y la manera tan convenientemente correcta que tienen de afrontarlo.Volvemos a ver reflejada la família "perfecta". Jung, Spielrein y Freud, ese triángulo es más interesante. De hecho, Cronenberg consigue transmitir mejor (desde mi percepción) esa pasión intelectual, mezcla de emociones que los une y los separa, que la sexual (aunque, como dices, esta tenga muchos elementos reales de morbo añadido). Cierta es la frase de Freud "soy inadecuado..." así como también que la ruptura proviene, en parte, de la pérdida de esa admiración y de la contraposición de ideas. Me ha gustado la comparación triángulo/intruso. Le he dado una vuelta, y pocas veces en el cine ,literatura... se refleja que las historias a tres bandas acaben bien.Normalmente uno es apartado.

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  5. Jaime, Cris... os deseo mucha alegría estas fiestas.

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  6. yo también os deseo lo mejor, gracias por compartir

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  7. estoy de acuerdo en que el "triángulo intelectual" está mejor tratado, es más interesante. No sé si tiene alguna relación o llevo demasiado lejos la comparación pero me ha recordado otra película de Cronenberg, "Inseparables" en la que el triángulo estaba formado por dos gemelos -interpretados por Jeremy Irons- y una mujer; los dos hermanos eran ginecólogos y en su exploración de las mujeres había un elemento de sadismo...de alguna forma Freud y Jung explorando el psiquismo de Sabina también son una metáfora de dominación

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  8. Felices fiestas y gracias por estar ahi

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  9. Me parece que la comparación con "Inseparables" (película, por cierto, interesante en varios aspectos) es apropiada. Me gusta esa capacidad que tienes de hacer girar las cosas. En "In...", en la forma de relacionarse de los hermanos con las mujeres (y no solo durante las exploraciones) podríamos decir que hay algo de sadismo (entre otras cosas) y bueno, la dominación se hace patente. Además, en la obra la resolución del triángulo es original e imprevisible. En "Un método peligroso" el estudio inicial de Jung y Freud de la psique de Sabina se podría ver como un símbolo de dominación pero, en mi opinión, el papel dominador va siendo adquirido por Sabina, que una vez "curada" asume el control. De todas maneras, no sé lo suficiente de psicoanálisis como para responderte mejor.

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  10. es verdad lo que dices, Sabina toma después el control. En la película lo que yo llamo dominación por parte de los dos hombres está retratado muy sutilmente, ni siquiera creo que Cronenberg intentase destacarlo además de que Freud -siempre según este guión- actúa con más respeto pero me parece evidente que por parte de los dos hay un intento de utilizarla. Creo que ella es la verdadera heroína de la historia.

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